De las ciudades capitales de Bolivia, Santa Cruz de la Sierra ha sido reconocida como la locomotora económica, la más importante por el gran aporte al crecimiento nacional. En su fundación, la gente celebra su progreso, aspira a nuevos retos y espera proyectos para continuar su desarrollo.
La capital cruceña conmemora sus 461 años de fundación con el objetivo de convertirse en un hub o centro de operaciones, el principal en Bolivia, y de ejecutar distintos proyectos que ayuden a su continuo crecimiento. El reto es evidente, sin embargo, la capital cruceña siempre se ha caracterizado por su pujanza y por sobreponerse a las adversidades para seguir adelante.
“Destaco su pujanza y crecimiento, a pesar de las trabas impuestas desde el gobierno. El proceso natural de la ciudad es convertirse en un hub múltiple”, dijo Juan Pablo Suárez, presidente del Colegio de Economistas de Santa Cruz (CESC). Establecerse como un centro logístico o un punto de conexión en un futuro es la mayor aspiración para su progreso.
El economista José Alberti, concejal municipal, enfatizó entre varios aspectos que hacen que Santa Cruz sea el departamento más próspero de Bolivia su capacidad de asociación, cooperación y coordinación, esa cualidad para ver más allá de cualquier diferencia ha generado sinergias, alianzas y complementaciones virtuosas y de largo plazo.
Seguidamente, continuó, su institucionalidad, es decir todo lo anterior pero hecho realidad y convertidos en agentes económicos y sociales como empresas, cámaras, gremios sin fines de lucro, cooperativas, fraternidades y demás instituciones formales e informales, pero con una visión y espíritu muy similar.
“Santa Cruz de la Sierra se funda en 1561, sin embargo, sufre dos traslaciones, quedando asentada definitivamente hace 400 años en el sitio donde la conocemos hoy. Ha sido una ciudad que trascendió todos los problemas iniciales desde su fundación, inclusive sobreponiendo su nombre al sitio donde se asentó finalmente, que era conocido como San Lorenzo de la Frontera. Si bien fue una ciudad que recién ‘explotó’ en el último medio siglo, cabe destacar la pujanza y temple que la caracterizó desde sus épocas coloniales”, opinó el arquitecto Ernesto Urzagasti, director de la Bienal de Santa Cruz (BASC) y presidente de la Sociedad de Estudios Patrimoniales (SEPA).
Se consolidó inicialmente como la locomotora del país
El departamento cruceño, con los años, fue consolidándose como la locomotora económica de Bolivia, por su gran aporte al Producto Interno Bruto (PIB). Para Urzagasti, esa característica se ve reflejada no solo en el rubro de la construcción, sino en la soberanía alimenticia. La región produce el 70 % de los alimentos que consume el resto de Bolivia.
En el rubro constructor, solo basta con citar las cifras antes de la pandemia que hablaban de que casi el 50 % del total de los metros cuadrados construidos en Bolivia se ejecutaban en esta región. Algo que si bien debe haber descendido de volumen no debe haber cambiado mucho respecto a la proporción de Santa Cruz versus el resto del país.
A su turno, Alberti expresó que la crisis ha promovido la resolución de nuevos paradigmas, por lo que fue necesario una renovación de la visión, la innovación, la gestión para generar nuevas ideas y oportunidades de hacer negocios en la industria de la construcción aguas abajo y arriba de la actividad económica. En ese sentido, el sector está en un proceso de transición para retomar el liderazgo y la senda de crecimiento y generación de ingresos y empleo.
“Los principales hitos que le dieron este denominativo de locomotora del país fueron el logro de obtener servicios básicos mediante el sistema cooperativo, en el sector de la construcción está el Aeropuerto Viru Viru y el “boom” inmobiliario de los últimos años”, mencionó Suárez.
El rubro constructor ha aportado en su crecimiento
El presidente del Colegio de Economistas manifestó que Santa Cruz de la Sierra y su región metropolitana es un área en constante expansión demográfica, por lo que la construcción ha acompañado ese proceso y es seguro que lo seguirá haciendo. En la capital cruceña se puede apreciar cómo las construcciones han evolucionado y han seguido tendencias.
“Según datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística (INE) al tercer trimestre de 2021 el PIB de la construcción creció en 22.46 %, comparado con el mismo período del año anterior. Este crecimiento es un efecto rebote, ya que el 2020 la contracción de la actividad fue -27.21 %. Asimismo, se observan otros indicadores como el índice del costo de la construcción; la producción, venta y consumo de cemento, finalmente los permisos de construcción, estos indicadores se mantienen ralentizados hasta hoy”, informó Alberti sobre cifras puntuales.
Urzagasti complementó que antes de la pandemia, los números hablaban de un crecimiento explosivo en el rubro de la construcción que, en su momento, llegó a superar el 10 % del PIB anual, por encima de la media nacional. Eso habla de un “músculo” importante, dado que la construcción es una cadena económica virtuosa que beneficia a toda la cadena productiva que se genera a su alrededor.
“Está claro que el gran volumen de obra privada en la capital del departamento ha convertido a Santa Cruz en referente a nivel nacional, sin dar nombres específicos, destacan nítidamente los grandes emprendimientos en el rubro hotelero, habitacional y de oficinas que se han venido ejecutando en la ciudad”, resaltó sobre las edificaciones hechas en los últimos años.
Precisa de mayor inversión para dar continuidad a proyectos
Según el economista Alberti, la inversión pública en infraestructura productiva y de servicios ha sido muy pobre, alrededor del 3 % del PIB, además de altamente ineficiente. Gran parte de la inversión en infraestructura fue administrada para la corrupción. Sin embargo, es imperativo crear nuevos modelos de gestión para promover la inversión en infraestructura productiva.
“Alternativas como los mecanismos de alianzas público privadas (APPs) o modelos de concesión mixtos con impacto social, entre otros, podrían ser una oportunidad trascendental para cerrar las brechas de infraestructura en el país”, dijo, de forma global, no solo regional.
Desde su perspectiva, Urzagasti afirmó que, sin lugar a dudas, la inversión pública representaría un gran empuje para el desarrollo de los grandes proyectos regionales que los cruceños anhelan. No obstante, es la iniciativa privada una vez más la gran protagonista en esta región, ante la cíclica postergación de los grandes proyectos de impacto regional que aún duermen desde el Gobierno central.
Suárez, en cambio, mencionó que existen distintos proyectos de gran envergadura que impulsarían y seguirían consolidando a la región como la locomotora del país. “Es muy claro que Viru Viru Hub es un proyecto muy factible de realizar mediante una alianza público-privada, en la misma lógica se hace necesario un sistema de transporte metropolitano eficiente, que evite duplicidad de esfuerzos”, ejemplificó.
En esa línea, señaló que, si bien hay obras que por su naturaleza son más notorias que otras, el desarrollo inmobiliario en general, denota y marca a la ciudad como líder en el rubro de la construcción.
Hay que reorientar la política pública
El concejal José Alberti fue contundente al expresar que hay que reorientar la política pública, desde lo nacional, departamental y municipal en el sentido estricto de priorizar la agenda mediática a priorizar la agenda por el empleo y la producción. El rol del sector público es determinante para promover la reactivación económica, pero sobre todo para facilitarle la vida a los que realmente aportan al desarrollo económico del país, ellos son los emprendedores, micro, pequeños, medianos o grandes.
“La incertidumbre y la desconfianza son fruto del factor político y su inestabilidad. En ese sentido se deben construir acuerdos y consensos de entendimiento desde la clase política, las intuiciones y la sociedad civil en su conjunto para restablecer la justicia, la democracia y la libertad en el país. Al final del día, todo ello está en entredicho y causa esa incertidumbre y desconfianza a todo nivel, impactando negativamente en la inversión, la producción y la generación de empleos tan necesarios en estos momentos de crisis”, indicó.
El arquitecto Urzagasti reconoció que Santa Cruz siempre destacó por la iniciativa propia, desde el famoso manifiesto de 1904, en el que la región se planteaba la ruta de lo que varias décadas se comenzaría a plasmar en el llamado “modelo Cruceño productivo”, que podrá discutirse mucho, pero que es innegable su existencia y su aporte al crecimiento y despegue económico de lo que hoy es Santa Cruz.
“Entonces, podemos decir que lo político está más bien supeditado a lo que los mismos cruceños delineamos y trazamos siempre, más allá de los avatares y desvaríos que ha tenido el poder central”, sostuvo. Suarez añadió que en general el Estado, y no solo el nivel central, ha sido una traba para el desarrollo del departamento, por ende, de la capital, y el sector constructor no está ajeno a esta realidad.