• abril 25, 2024

La situación del sector de la construcción y perspectivas

Durante la ultimó años  el sector constructor empezó a recuperarse por las inversiones y la coyuntura económica que lo empezó a dinamizar después de una pandemia la cual perjudico dejando a un sector sin muchas perspectivas para el desarrollo.

Recordemos que el sector constructivo en la última década tuvo un crecimiento dinámico a tasas mayores que el resto de la economía nacional. El desempeño constructor ha estado ligado a una expansión muy fuerte de la inversión pública, a su vez generada por las rentas de la exportación de gas y otras materias primas, que implicaron ingresos en todos los niveles gubernamentales. 

Este mismo flujo, traducido en mayores ingresos personales, por ajustes salariales y pagos nuevos como el segundo aguinaldo, sumado a expansión del crédito y una nueva normativa de financiamiento de vivienda de interés social, contribuyó a un dinamismo importante en el componente privado de la construcción.

Cuando vemos el desarrollo y como las diferentes políticas y acontecimientos sociales nacionales o globales el caso de la pandemia ha producido un desarrollo en este crecimiento, sumado a los problemas políticos sociales, no dejaron aire para el sector el cual el 2021 presentaba una mejoría.

El sector de la Construcción registró en 2021 un 18% de crecimiento positivo gracias a las políticas económicas aplicadas, estas se revirtieron la caída de 2020, cuando marcó un índice negativo de 19%.

“El año 2020, el sector de la construcción tenía una tasa negativa de crecimiento de más allá del 19 por ciento de caída (…). (Pero) en 2021 alcanzaba ya un 18 por ciento de crecimiento positivo”, precisó director de Planificación del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, Ariel Ibañez 

Ibañez dijo que ese índice positivo se debe a las políticas implementadas para reactivar la economía, son  visibles en la actividad del mercado interno y esto se ve por el crecimiento constante de la inversión en la construcción, las edificaciones y la inversión en infraestructura es una muestra clara de que este rubro se proyecta con un crecimiento constante,  tras los efectos generados por el COVID-19 y la mala administración de la economía.

Ibañez señaló que ese índice positivo también generó un crecimiento en la comercialización del cemento, principal insumo para la construcción, que tuvo una caída de -23% en 2020 y en 2021 se restituyó con una tasa positiva de 19,2%.

De acuerdo con los datos del INE, la población ocupada en la actividad de la construcción, en el área urbana de Bolivia, llegó a 356.000 en el 2022. Se trata de una reducción del 5% (17.000 personas) en comparación con la cifra registrada en enero pasado, cuando sumaron 373.000 personas en todo el territorio nacional.

Asimismo, en esta gestión, la superficie autorizada para construcciones residenciales y no residenciales, en ciudades capitales y principales conurbaciones, presentó una baja de 14,5%. Es una variación acumulada negativa que difiere al dato positivo registrado en diciembre de 2021, cuando se llegó a 26,8%.

Respecto a la variación acumulada del Índice de Insumos Importados para la construcción, ésta presentó el 2022 un crecimiento de 6,8%, a diferencia de similar periodo de la gestión anterior.

El valor de los materiales de construcción importados, en febrero de 2022, alcanzó a $us 38,9 millones, cifra relativamente menor con relación a enero. En este sentido, las importaciones de productos elaborados y semielaborados alcanzaron a 17,8 y 21,1 millones de dólares, respectivamente. Los productos de mayor demanda fueron: barras de construcción, fierro corrugado, angulares y perfiles de hierro o acero sin alear y porcelanatos, y azulejos para revestimientos. 

PIB por actividad económica

 En un contexto internacional adverso, aún debilitado por los efectos de la pandemia por COVID – 19 y el conflicto bélico suscitado en Europa, con el resurgimiento de problemas inflacionarios en las principales economías, que repercutieron en la región y principalmente a países vecinos y socios comerciales; Bolivia reporta un ambiente de estabilidad económica que se refleja en el comportamiento de sus principales indicadores macroeconómicos en términos de precios y crecimiento, es así que el Producto Interno Bruto (PIB) de Bolivia, en el primer semestre de la presente gestión, registró una variación acumulada de 4,13%, como resultado de las medidas de política económica y social implementadas orientadas a la reconstrucción económica.

Las actividades económicas que mejor desempeño tuvieron de enero a junio de 2022 respecto a similar período de 2021, fueron: Transporte y Almacenamiento, Otros Servicios y Electricidad, Gas y Agua. En el primer caso, la variación fue de 10,45%, principalmente, como consecuencia del crecimiento de 36,42% del Servicio de Transporte Aéreo, y 17,45% Transporte Ferroviario, a razón del mayor flujo de pasajeros y carga. Por su parte, la actividad de Otros Servicios registró una variación de 8,65%, como consecuencia del crecimiento en 12,95% del servicio de Restaurantes y Hoteles. Mientras que, la actividad de Electricidad, Gas y Agua, registró variación de 7,03%, el sector de la construcción crece un 7% resultado principalmente del mayor crecimiento, y el servicio de Electricidad de 7,61%.

Datos del sector constructivo 

De enero a septiembre de 2022, la producción de cemento incrementó de 2.631 a 2.960 en miles de toneladas métricas respecto a similar período de la gestión anterior, representando una variación acumulada de 12,5%. Similar comportamiento registraron las ventas de cemento en el mismo período de tiempo, aumentaron de 2.618 a 2.781 en miles de toneladas métricas, con una variación acumulada de 6,2%.

Para el  Economista inversor en inmobiliarias Jaime Dunn, las Importaciones tienen una  variación acumulada del Índice de Insumos Importados para la construcción presentó una caída de -3,5% de enero a septiembre 2022, con relación a similar periodo de la gestión anterior.

En septiembre de 2022, el valor de los materiales de construcción importados alcanzó a 42,3 millones de dólares, cifra menor a la registrada en agosto. En este sentido, las importaciones de Productos Elaborados1 y Semielaborados2 alcanzaron a 19,1 y 23,2 millones de dólares, respectivamente. Los productos de mayor demanda fueron: barras de construcción, fierro corrugado, angulares y perfiles de hierro o acero sin alear, tubos de acero galvanizados y porcelanatos, azulejos para revestimientos.

En septiembre de 2022, se registraron aproximadamente 235 mil metros cuadrados de superficie autorizada para construcciones residenciales y no residenciales en ciudades capitales y principales conurbaciones, cifra mayor a la presentada en similar período del 2021 que fue de 168 mil metros cuadrados.

“En septiembre de 2022, según datos de la Encuesta Continua de Empleo, la población ocupada en el área urbana que realiza actividades inherentes al rubro de la construcción, alcanzó 366 mil personas, cifra superior a las 349 mil registradas el mes anterior” señaló Dunn.

Evaluación de sector privado de la construcción

El sector constructor se encuentra atravesando una fase de recuperación lenta, dentro del rubro se puede ver que la evaluación de su crecimiento el cual no está evolucionando que se pretendía con el actual modelo económico aplicado por el Estado, que se sostiene en gran medida por los emprendimientos del sector privado y en menor proporción por el sector público, debido a que tanto la inversión como los proyectos para la gestión han disminuido con respecto al año 2021.

Javier Arze Justiniano, gerente general de la Cámara de la Construcción, señaló para la revista Contacto Construcción que el sector constructor es transversal a todos los sectores de la economía, heterogéneo, pro cíclico y volátil en su crecimiento; en varios sentidos es un termómetro de la economía en su conjunto, y su desempeño señaliza tendencias en tal sentido. 

Su dinámica depende de la demanda de los otros sectores y en el caso de la inversión pública de la densidad de obras, medida que hace referencia no solo a los montos de presupuesto, sino la cantidad y frecuencia de obras ejecutadas por los distintos niveles de gobierno. 

Una característica en el sector constructor es que tiene pocas barreras de ingreso o salida, lo que lo hace muy competitivo y en momentos vulnerable por la presencia de la informalidad, o empresas dispuestas a bajar precios asumiendo riesgos de liquidez (comportamiento depredador) a lo que se suman empresas internacionales, que tienen ventajas muy grandes a la hora de constituir las garantías requeridas para participar en obras públicas. 

Algunos problemas crecientes son la mora en los pagos, la baja calidad de los documentos de pre inversión y la alta incidencia de ejecución de boletas, lo que genera un círculo vicioso con difícil acceso a boletas bancarias e incluso pólizas de caución. En general, contratar con el Estado, que seguirá siendo el principal demandante individual de servicios de construcción, se ha tornado en una actividad con un riesgo mayor al que supone la sola actividad de construir.

Tanto la inversión privada como pública son determinantes del crecimiento de la construcción. En términos de peso relativo, cerca del 60% de la expansión del PIB constructor se debe al impulso de la inversión pública y el 40% restante se origina en el ámbito privado. 

En el caso de la inversión privada, uno de los factores que incide en su crecimiento es la inversión pública. Si la inversión pública se incrementa en 100% en el largo plazo, de manera permanente, la inversión privada lo haría en 35%. 

Esto resulta del hecho que la inversión pública abre nuevas oportunidades para que la privada pueda luego desarrollarse. Una carretera permite que inversiones privadas en construcción se puedan ampliar. Por ejemplo, en servicios de logística, turismo, hotelería y otras actividades. Entonces, para la propia inversión privada en construcción es importante la tendencia de la inversión pública en el país.

Arze señaló, “Con base en el comportamiento registrado y el análisis de la tendencia del Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED) de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), se espera que el sector crezca 2,42 % al cuarto trimestre de la presente gestión”.

Para alcanzar el índice de crecimiento mencionado, es fundamental que el Presupuesto General del Estado 2022, con una inversión pública de 5.015 millones de dólares, se ejecute en su totalidad, que los recursos se destinen a proyectos que demanden mano de obra intensiva y generen trabajo para las empresas bolivianas.

Según el gerente general de la Cadecocruz, la reducción de la inversión pública en proyectos de infraestructura es uno de los principales problemas. Este año suman 506 los proyectos de inversión aprobados en los presupuestos de las gobernaciones del país; son 73 proyectos menos que en la gestión 2021.  El monto de inversión igualmente registra una disminución.

“El destino de la inversión de las gobernaciones del territorio nacional prioriza el sector Caminos que representa el 45 % del total”, señaló Arze.

La construcción registró una desaceleración a partir del 2019, que se intensificó el segundo trimestre de 2020 con la paralización de actividades por la pandemia del coronavirus.

“Los datos del INE señalan que el 2021 creció un 17,89 %, sin embargo, este indicador es todavía inferior a la caída del 19,03% del 2020, por lo que no significa que se recuperaron las grandes pérdidas que provocaron el cierre definitivo de muchas constructoras, mientras que otras aún no superan sus crisis financieras, generadas no solo por los factores citados, sino por la falta de pago de las entidades públicas (de nivel nacional, departamental y local) por concepto de planillas de avance de obra devengadas, que en el caso del municipio cruceño superan los 100 millones de bolivianos”, alertó Arze.

Destacó que la principal fortaleza del rubro es el crecimiento económico y demográfico que tiene Santa Cruz, ya que es muy difícil que la construcción se desarrolle en un entorno con otra tendencia.

Recalcó que el sector constructor es generador de empleos masivos por excelencia; demanda una diversidad de mano de obra, al igual que de profesionales y técnicos.

Al primer trimestre de la gestión 2022, la población ocupada en la construcción presentó una variación positiva de 1,27 % con respecto al 2021. El gerente general de la Cadecocruz expuso que, en el 2021, el sector constructor aportó de manera directa con 3,97 % al PIB nacional, lo que representa 1.800 millones de bolivianos.