Dos expertos brasileros compartieron sus conocimientos sobre la reactividad álcali agregado en obras de concreto en el seminario internacional organizado por la empresa cementera Itacamba. Otros países están aplicando sus estudios con éxito, en Bolivia se debe arrancar y en el sector de la construcción queda mucho por desarrollar.
La construcción evoluciona constantemente y también lo debe hacer la parte técnica, fiscalizadora y de supervisión, para garantizar que las obras sean hechas con la mejor calidad posible y sean duraderas. Por eso es importante adquirir conocimientos técnicos en distintos ámbitos, como la prevención a la reactividad álcali – agregado de las grandes obras de infraestructura.
“La reacción álcali agregado (RAA) es poco común, no es normal que suceda en la mayoría de obras de Bolivia, han sido muy pocas y puntuales, sin embargo, existen. Este fenómeno ha sido ampliamente estudiado por distintas instituciones técnicas en diversos países, inclusive tienen una normativa de cómo tratarla con un procedimiento establecido y claro. Nuestro país carece de norma, pero es nuestra misión estudiar y prevenir”, informó Miguel Barba, gerente comercial de Itacamba.
La RAA es una reacción lenta que ocurre internamente en la masa de concreto, formada por la reacción entre algunos minerales de los agregados e hidróxidos alcalinos normalmente naturales del cemento, que pueden comprometer el funcionamiento de las estructuras afectadas.
Barba mencionó que es vital intercambiar experiencias con profesionales, ya que tienen conocimiento teórico y práctico en este tipo de reacciones, es decir cómo prevenirlas, cómo detectarlas, si hay que preocuparse en función de cada obra y especialmente qué hacer, cuáles son los procedimientos y la metodología a aplicar en distintas ocasiones.
Por su parte, Javier Arze Justiniano, gerente general de la Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), destacó que la industria constructora es un pilar para el desarrollo del país, la capacitación de ingenieros y trabajadores en diferentes temas debe ser permanente para construir con manos y empresas bolivianas. Este tipo de acontecimientos permite tener mano de obra calificada y profesionales con conocimientos a nivel internacional.
“Si otros países están aplicando sus estudios sobre la RAA con éxito, en Bolivia debemos dar el paso y comenzar, capacitarnos y prepararnos, porque en el sector de la construcción nos queda muchísimo por desarrollar”, agregó.
Los ingenieros Marlos Romero Alves, consultor técnico en tecnología de concreto y argamasas en Votorantim Cimientos, y Geniclesio Ramos Dos Santos, director técnico en GMC Ingeniería y Consultoría Ltda, explicaron que la RAA se detecta a través de fisuras en la masa del concreto, por el aumento del volumen y un notable deterioro en las estructuras.
Hay que partir por un análisis de riesgo y tener una norma
El ingeniero Romero manifestó que en Brasil los primeros estudios de la RAA datan de la década de los 60, época de la construcción de la presa de Jupiá, en 1985 se divulgó el primer caso de esta reacción y para los 90 se constató una ocurrencia de este fenómeno en más de 20 obras hidráulicas, pero no fue hasta 2005 que se descubrieron en bases de fundación en edificios urbanos.
Detalló que la reacción ocurre por la combinación de varios elementos. “Es una reacción química entre ciertos tipos de agregados y los iones hidroxilos (OH-) asociados con los álcalis. Usualmente estos son provenientes del cemento, pero pueden también estar en los demás componentes del concreto o del ambiente donde se encuentra la estructura de concreto”, acotó.
Dependiendo del mineral en las rocas, se desencadenan reacciones de tipo álcali sílice, álcali silicato o álcali carbonato. Destacó que la RAA está condicionada a la presencia simultánea de álcalis, de un agregado reactivo y de la humedad, los principales causantes de este fenómeno son el sodio y el potasio principalmente.
“Lo más importante es hacer un análisis de riesgo para cada situación, me refiero al tipo de estructura (maciza o no, temporal, corriente y otra), su condición de exposición (ambiente seco, húmedo o contacto con agua) y los álcalis de los componentes del concreto. Verificar la intensidad de la acción preventiva también es vital, ya sea mínima, moderada o fuerte”, manifestó.
Hay que tomar en cuenta, continuó el ingeniero, las características de los agregados a través de ensayos y recordar que “agregados potencialmente inocuos: preocupaciones mínimas”; si es potencialmente reactivo o no se conoce su comportamiento se recurre a un cambio de agregado y adoptan medidas mitigadoras. A la menor duda hay que adoptar medidas mitigadoras de la RAA.
Por otro lado, es cierto que no todas las obras requieren estudiar esta reacción, “en la norma brasilera existe un estudio inicial en el cual se puede calificar a través de una matriz si un proyecto en específico, por las características que tiene y los compuestos que va a usar ese hormigón, requiere de un estudio más profundo, en la posible reacción de un álcali agregado o no”, recalcó Romero.
Sobre la reacción y sus tres componentes, Miguel Barba añadió que no hay una que sea más importante que la otro, en el caso de Bolivia el país debe enfocarse en el que es menos estudiado, y son los agregados. Todos los cementos cumplen una norma, son fiscalizados, tienen un proceso industrializado y automatizado, empero es la parte más estudiada, controlada y auditada. Hay que evaluar el agua de igual manera, pero los agregados son poco evaluados.
“En mi experiencia escuché ‘es el agregado que hay, ¿para qué estudiarlo si es el único que tenemos?’ ahora me queda muy claro de que, independientemente si existe otro o no, en la zona donde se hará la obra tiene que ser altamente estudiado. De hecho, estamos tarde, como bolivianos e inclusive como Gobierno, ya deberíamos haber empezado a hacer un histórico de agregados para entender en función de qué obra específica y dentro de qué matrices existe el riesgo para seleccionar el agregado”, reflexionó.
Las adiciones cementicias activas también son importantes
Complementando la información de Marlos Romero, el ingeniero Geniclesio Ramos Dos Santos expresó que en la Latinoamérica existe la cultura de utilizar adiciones en el cemento, mucho más que en Europa y Estados Unidos. De hecho, el cemento del futuro será con un mínimo de Clinker posible o hasta uno sin Clinker, ya es una realidad, aunque también hay que pensar en las dificultades que presenta como las reacciones.
“Cuando hablamos de álcali agregado no es un problema nuevo, sino desde hace más de seis décadas, solo que en Bolivia es relativamente novedoso, porque los concretos están mejorando de calidad, aumentan las estructuras robustas, con mayor volumen, y hay más riesgo de tener reactividad”, alegó.
Por eso, la intervención de las adiciones en el cemento, en la mezcla del concreto, es importante para evitar la reacción de álcali agregado. Las adiciones son utilizadas junto con el cemento o por separado, normalmente hay cemento con adiciones y existe una tendencia mundial de que la cantidad va siempre en aumento.
“Recomiendo estudiar el conjunto de materiales que se vaya a utilizar en un proyecto, siempre, encontraremos soluciones a medida que avance el ensayo. De igual forma, no podemos subestimar al medioambiente, porque nosotros debemos adaptarnos a ella, no viceversa; respetar el tiempo de trabajo también, pese a que tome años”, recalcó el experto.
Otro punto en el que hizo énfasis fue respetar el micro y macro clima es lo principal, por el ciclo de mojado y secado del cemento. “Si hay lluvia, queda un rastro de grava que acumula agua, y si seca rápidamente, por ejemplo, en Brasil tenemos este problema en los concretos de ferrovías”, detalló.
En cuanto al tiempo, Barba coincidió en respetar períodos de trabajo e instó a una planificación o empezar antes si hay prisa. En Brasil hubo una situación con una termoeléctrica, que dejó de funcionar debido a la RAA en su estructura y no tuvo ninguna solución. “Va a ser muchísimo más caro tener una termoeléctrica que no produce energía, que haber hecho un estudio de agregados decente y como correspondía”.
“No olvidemos que, si hay riesgo, debemos estudiar muy bien los agregados, hagamos los trabajos con el cemento Padrón, luego con el cemento de su preferencia, estabilizar para detectar si el barómetro está en el agregado o no. Pero además no existe un cemento que sea inadecuado para este tipo de reacciones, sino más bien el conjunto”, dijo.
Otras normas servirían de guía para comenzar y detectar dificultades
“Aunque Bolivia no tiene norma de la RAA, nuestra tarea es hacerla, así como también buscar una metodología. Es importante también que, según esa norma y su procedimiento de selección de qué obras pueden tener complicaciones y sus riesgos, estudiar a detalle cada caso”, resaltó el gerente comercial de Itacamba.
En la norma brasilera los casos tienen una recomendación, la idea de Barba es aprovechar ese conocimiento y con base en eso analizar si se puede trabajar en aditivo, en agregado, dónde actuar, por mencionar algunas partes. Cabe destacar que una implica costo, independientemente de ser fiscalizadores, supervisores, constructores, todos velan y se ajustan a un presupuesto; gastar dinero de una manera innecesaria no es lo más recomendable.
“Hay una metodología para hacer el ensayo, no es una ciencia al azar, no es la opinión de un experto, de una cementera o de un profesional. Nuestra norma carece de una metodología, pero hay varias que incluso están reflejadas en normas como la brasilera, la americana y la europea, que pueden enseñarnos cómo hacerlo”, insistió.
Lamentó que, pese a que en el país existe una norma que especifica cementos con adición mixta, con adición de alto horno y otros, no los tiene aún. Si bien está a nivel nacional el puzolánico y otro más, ambos deberían ser estudiados, utilizados y analizados según la matriz de riesgo.
“Un punto que creía que era un mito y que ahora me ha quedado claro gracias a los expositores que debemos desmitificarlo es que no existe cemento que pueda garantizar que es 100 % inhibidor”, indicó.
Por otro lado, explicó que Itacamba cuenta con un equipo de asesores técnicos, quienes dentro de sus funciones asesoran, el otro equipo es de desarrolladores técnicos de mercado, que son expertos en distintos rubros y que solo dan asesoría y estudio, no venden ni recomiendan, solo exponen el problema y buscan soluciones de cómo ayudar, qué estudios se deben considerar. “Nos ha ido muy bien con esta metodología, hoy en día hemos acompañado el desarrollo de obras, la concepción del proyecto y buscamos distintas alternativas. Por ejemplo, nos pidieron que ayudemos a desarrollar una represa en El Alto, La Paz, con una metodología distinta. Tenemos una red de contactos a nivel internacional con el objetivo de enriquecer en estudios, en soluciones y si opta por cemento Itacamba, también bienvenido”, concluyó.