• julio 4, 2025

TIGO, Embol y CBN lideran el ranking del “Capital Constructivo” en Bolivia: Las empresas que construyen país, no solo ganancias

La Fundación Milenio presentó el Índice de Capital Constructivo 2024, un innovador análisis que evalúa a las empresas extranjeras por su calidad de inversión, ética corporativa e impacto en el desarrollo sostenible del país. Un giro de timón en la forma de medir el verdadero valor empresarial.

En un contexto económico marcado por desafíos estructurales, baja inversión pública y una creciente desconfianza en el clima de negocios, la Fundación Milenio lanzó un instrumento que promete transformar el debate sobre el aporte del sector privado al desarrollo del país: el Índice de Capital Constructivo (ICC). Bolivia 2024.

El índice es el primero de su tipo en Bolivia y uno de los pocos en la región que va más allá de indicadores financieros, para valorar la contribución cualitativa y estratégica de empresas extranjeras con operaciones locales. A través de un riguroso análisis de 21 compañías que representan una parte sustancial de la Inversión Extranjera Directa (IED) en Bolivia, el ICC propone una mirada más integral sobre lo que significa invertir con propósito.

¿QUÉ MIDE EL ÍNDICE DE CAPITAL CONSTRUCTIVO?

El estudio, en coordinación por el investigador Henry Oporto junto a los economistas Pablo Mendieta y Rubén Ferrufino, estructuraron la investigación en torno a tres dimensiones fundamentales:

Inversión: Evalúa la magnitud, duración, estabilidad y transferencia tecnológica asociada a las operaciones empresariales. No se trata solo de cuánto se invierte, sino de cómo se invierte y con qué visión de largo plazo.

Integridad: Incluye aspectos éticos, transparencia, prácticas de gobernanza, cumplimiento normativo y responsabilidad corporativa. En un país donde la informalidad y la corrupción erosionan la institucionalidad, esta dimensión es clave.

Impacto: Analiza el efecto de las empresas sobre el empleo, la economía local, las comunidades, el medioambiente y la innovación social. El foco está en quién genera valor más allá de sus accionistas.

Cada empresa fue calificada con un puntaje máximo de 100, categorizado en rangos que van desde A+ (excelencia constructiva) hasta C (capital no constructivo).

EL TOP 3 DEL CAPITAL CONSTRUCTIVO: ¿QUIÉNES SON Y POR QUÉ LIDERAN?

En la edición 2024, tres empresas destacaron con calificaciones sobresalientes:

TIGO Bolivia (Telecel S.A.) encabeza el ranking con 95 puntos, ubicándose en la categoría A+. La compañía de telecomunicaciones es reconocida por su constante reinversión en infraestructura digital, su promoción de la inclusión financiera y su compromiso con la transformación digital del país. El estudio destaca sus prácticas en sostenibilidad, su aporte a la formalización laboral y su participación en programas educativos y comunitarios.

Embol S.A., embotelladora de Coca-Cola en Bolivia, obtuvo 93 puntos, gracias a su enfoque de largo plazo, altos estándares de gobernanza, esfuerzos de economía circular y liderazgo en proyectos ambientales como la reducción del uso de agua en procesos industriales.

Cervecería Boliviana Nacional (CBN) alcanzó 91 puntos, destacándose por su programa de proveedores bolivianos, inversión continua en tecnología, cumplimiento tributario ejemplar y sus acciones sociales orientadas a la prevención del consumo nocivo de alcohol y el reciclaje.

Estas tres empresas no solo sobresalen en el ámbito económico, sino que también ejercen un liderazgo ético y social, al integrar sus operaciones a un modelo empresarial moderno, responsable y transformador.

UN ÍNDICE QUE REDEFINE EL ROL DEL EMPRESARIO EN BOLIVIA

El Índice de Capital Constructivo plantea una discusión de fondo: ¿qué tipo de inversión necesita Bolivia? Según la Fundación Milenio, el país no solo requiere más inversión, sino una inversión con visión de futuro, compromiso ético y sensibilidad social

“El crecimiento económico no puede sostenerse si se apoya en capitales que solo buscan rentabilidad inmediata y que operan desconectados del entorno. El desarrollo exige empresas que inviertan con arraigo, que innoven, que generen empleo de calidad y que respeten las reglas del juego”, afirmó Oporto en el documento.

Por ello, el ICC busca ser más que un ranking: es una herramienta de transparencia, monitoreo y reflexión, tanto para empresas, como para reguladores, medios de comunicación y la sociedad civil.

EMPRESAS CON ENFOQUE EXTRACTIVO O PRÁCTICAS OPACAS: EL OTRO LADO DEL ESPECTRO

Aunque el informe evita hacer señalamientos explícitos, también deja entrever que algunas empresas evaluadas se ubican en los rangos más bajos del índice (C), por tener poco compromiso con la sostenibilidad, baja transparencia o impactos limitados en el desarrollo local.

El informe subrayó que ciertas compañías mantienen modelos de negocio extractivos, de escaso arraigo productivo, sin encadenamientos significativos con proveedores nacionales ni transferencia de conocimiento. En este grupo predominan firmas de sectores tradicionales como hidrocarburos y minería, aunque también aparecen empresas de servicios con operaciones limitadas o poca vocación de inversión continua.

CONCLUSIONES: HACIA UN NUEVO PACTO ENTRE EMPRESAS Y SOCIEDAD

El Índice de Capital Constructivo llega en un momento clave. En medio de la incertidumbre económica, la reducción de reservas internacionales y un entorno institucional frágil. Este ranking ofrece una hoja de ruta para promover un nuevo pacto entre capital e institucionalidad, en el que el éxito empresarial se mida no solo por el balance financiero, sino también por la calidad ética, social y ambiental de sus acciones. A partir de este informe, invertir en Bolivia no solo será cuestión de números, también será una cuestión de conciencia.