CASACOR Bolivia aporta a la industria de la construcción y a la economía del país, y eso nos llena de satisfacción. A lo largo de 10 años hemos demostrado lo que se puede hacer, lo que podemos transformar, sostiene Quito Velasco, director de CASACOR Bolivia.
¿Qué significa cumplir 10 años como CASACOR Bolivia?
Significa un cierre de una etapa de crecimiento, aprendizaje y de grandes expectativas, una década fue un periodo donde hemos podido experimentar, analizar diversas situaciones, conocer muchas personas y crear vínculos entre las empresas proveedoras, patrocinadores y todo el equipo humando que conformo la familia de CASACOR Bolivia.
Durante este tiempo han participado más de 200 arquitectos, con quienes hemos cultivado lazos que van más allá de lo comercial, una amistad de por vida. Asimismo, se aportó a la carrera de arquitectura y diseño no solo de la ciudad, sino del país entero, por la forma de comercializar y mostrar los productos que hay en el mercado nacional. Creo que hay un antes y un después de CASACOR Bolivia en todo los sentidos.
¿Cuándo inició CASACOR pensó que alcanzaría el éxito que tiene actualmente?
Siempre considere que sería a largo plazo… Creí en el proyecto y nos embarcamos junto a mi esposa Graciela Anglarill; además, la muestra es una forma de aportar a mi ciudad, a mi país y de retribuir lo que esta tierra me dio cuando era un joven, desde aquel tiempo han pasado casi 40 años. Hoy, CASACOR Bolivia ha contribuido no solamente en el buen vivir de los arquitectos, sino también de profesionales integrales que compiten consigo mismo en cada una de las versiones que se proyectan internacionalmente, como es el caso del arquitecto Eduardo Baldelomar que nos representa en una de las muestras del mundo como es CASACOR Sao Paulo.
¿Cuál fue el obstáculo más grande que atravesó la muestra durante una década?
La instabilidad política que anímicamente influyó ha sido difícil para encarar un proyecto privado de esta magnitud, pero supimos salir adelante y nos adaptamos a ciertos momentos como por ejemplo la pandemia, fue un año complicado, nos agarró con un avance del 30% de la infraestructura, pero gracias al apoyo de amigos logramos salir a flote.
Cada año tenemos retos distintos; sin embargo, este año fue el más difícil, porque el inmueble está ubicado en un excelente lugar, pero su fachada era de más de 100 metros líneas y acondicionar el depósito y carpintería e intervenir el espacio urbano, la galería de arte y las restauraciones de todas las esculturas fue un reto enorme, no solo económico sino también de tiempo. Lo importante de estas adversidades es el entusiasmo y la buena energía de los profesionales que hacen CASACOR Bolivia.
¿Cuál es la inversión y la generación de empleos este año?
Es sorprendente la cantidad de personas que trabajan seis meses previos a la exposición entre albañiles, electricistas, soldadores, artesanos, fabricantes de muebles, entre otros que aportan a la muestra para generar estos 37 espacios. La generación de empleos de forma indirecta es grande y es la muestra es más larga. Durante estos 10 años hemos movido más de 20 millones de bolivianos.
¿Cuáles son los proyectos a corto y largo plazo? Que Dios nos siga bendiciendo con vida y energía para poder seguir mostrando lo mejor de nuestro país. En Bolivia sabemos hacer bien las cosas y no escatimamos ningún esfuerzo para mostrar una cara positiva y de empuje de gran talento, así lo hemos demostramos a través de estos 10 años, porque la muestra tiene una alta posición fuera de Bolivia, en Brasil fuimos ganadores de la mejor portada de Anuario en dos ocasiones y premiados como la mejor muestra internacional. Las expectativas son seguir apuntalando a los jóvenes profesionales y las empresas a través de esta gran vitrina comercial.