La pérdida de valor del boliviano respecto del dólar ha tenido dos efectos principales y de acuerdo a los reportes de nuestro Centro de Estudios Económicos y Desarrollo (CEED) los efectos más importantes son: El incremento directo de los materiales e insumos importados. A la fecha, la devaluación llega al 60%, y los costos de importación han subido en cerca del 70%. El otro efecto resultado del incremento del dólar en el mercado paralelo, es una disminución de la demanda. De hecho, las importaciones han bajado por el fuerte incremento de costos que han sufrido.
Javier Arze Justiniano, Gerente General Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz), sostuvo que, el efecto de la pérdida de valor del boliviano afecta a todos los productos importados, llegando a incrementarse hasta un 70%. Desde el inicio de la crisis cambiaria, en enero de 2023, las importaciones para la construcción disminuyeron en más del 40% y en el año 2024 en 34,13%.
En general, los últimos 5 años, la inflación promedio en el sector de la construcción llega al 19,97%, puesto que existen algunos productos que se elaboran en el país, que también han empezado a sufrir los efectos de la inflación. El precio de la cal por ejemplo, aumentó un 41,30% entre el año 202 a la fecha, y el vidrio para ventana en 23,77% en el mismo periodo.
Por su parte, Juan Pablo Saavedra, presidente de la Cámara Boliviana de Desarrolladores Inmobiliarios (CBDI), sostuvo que la subida del dólar al incremento de las importación de materiales de construcción y la fluctuación en el tipo de cambió ha generado un impacto significativo en el sector inmobiliario, particularmente en los costos de los materiales de construcción importados.
Debido a la escasez de dólares y las comisiones adicionales para giros al exterior, los importadores de materiales tienen costos más altos, que tienen que traspasar a los constructores y desarrolladores. Todos los materiales importados han tenido una afectación, especialmente cuando no hay un producto nacional que lo pueda reemplazar.
Soluciones
Para el presidente de la CBD, la principal medida que podría mitigar este problema es la reducción de aranceles, lo que generaría un ahorro directo para el consumidor final. En el caso de los aranceles para productos que no tienen fabricación nacional, no hay industria a defender, así que se debe eliminar para gener un ahorro para el consumidor final.
En cambio para el gerente general de Cadecocruz, la solución es estructural. En principio, el Estado debe bajar su déficit fiscal, liberar el mercado de las exportaciones, generar un ambiente de seguridad jurídica para que las empresas extranjeras y nacionales inviertan en Bolivia. Igualmente, es necesario cambiar la legislación para que se incentive la explotación de hidrocarburos, estas entre otras medidas que en el mediano plazo generarán fuentes de ingreso de dólares.
Es un cambio total del manejo y modelo económico, donde la presencia del Estado tiene que ser menor, donde se brinde seguridad jurídica, se respete la propiedad privada y la libertad económica, condiciones que no tenemos actualmente en el país. “El gobierno debe tomar medidas estructurales que sean efectiva a corto, mediano y largo plazo. La crisis actual amerita soluciones de fondo y no parches”, afirmó Arze.
Estrategias para contrarrestar el pacto
Para hacer frente a este desafío, la CBDI ha desarrollado el Índice de Costos de Construcción de Viviendas (ICC), una herramienta esencial que permite tanto a desarrolladores como a compradores comprender y anticipar las variaciones en los costos de construcción. Gracias al ICC, los precios y cuotas pueden ajustarse de manera dinámica, ofreciendo una solución efectiva para mitigar el impacto de la volatilidad cambiaria.
Cada vez más empresas desarrolladoras adoptan el ICC en sus contratos, reconociéndolo como la única estrategia eficaz para gestionar el riesgo cambiario y la fluctuación de los costos de construcción en un entorno económico incierto.
Javier Arze, Gerente General de Cadecocruz, sostuvo que las empresas han tomado diferentes medidas entre las que se pueden señalar:
- Algunas han traspasado directamente al precio, aunque esto no se traslada en su totalidad, puesto que depende mucho de la elasticidad del precio y/o costo final de la construcción.
- Otros se stockean de inventario, con el fin de disminuir el riesgo cambiario. Sin embargo, también esto afecta a una disminución de la rentabilidad y de liquidez, porque se incrementa la inversión en capital de trabajo.
- También han disminuido los negocios tratando de calzar la moneda, y ya sea trabajando solamente con bolivianos, con servicios u obras que impliquen cobrar y pagar en bolivianos, o con obras y servicios que solo impliquen cobrar y pagar en dólares.
- En el caso de las empresas que trabajan con entidades estatales, CADECOCRUZ y las cámaras de la construcción del país, plantearon la urgente necesidad de que se reconozca el incremento de precios en las obras públicas en construcción. Luego de meses de gestión en mesas de trabajo, el Gobierno emitió el DS N° 5321 que autoriza el reajuste de precios unitarios de materiales de construcción, maquinaria y equipos, importados. Si bien la medida admite la subida de precios y la necesidad de una compensación, en la práctica, no responde a las necesidades reales de los constructores, además que establece plazos y condiciones que casi lo vuelven inaplicable.
Resultado del análisis detallado del Decreto, se reiniciaron las gestiones ante el Gobierno para que la propuesta técnica y viable de reajuste planteada por los constructores, sea incorporada en la reglamentación.
Fluctuación del dólar en la rentabilidad de los proyectos de construcción
El titular de la CBDE, dijo que la escasez de dólares y las altas comisiones por giros al exterior han obligado a muchos desarrolladores a replantear sus modelos de negocio. Aquellos que realizaron preventas con un tipo de cambio fijo ahora enfrentan costos significativamente más altos de lo previsto, poniendo en riesgo la rentabilidad y viabilidad de sus proyectos. En contraste, los desarrolladores que han incorporado el Índice de Costos de Construcción de Viviendas (ICC) en sus contratos pueden gestionar este riesgo de manera más eficiente, garantizando la estabilidad financiera de sus proyectos y brindando a los compradores la confianza de que sus viviendas serán entregadas sin contratiempos.
“El gobierno debe eliminar los aranceles para la importación de insumos esenciales y maquinaria, además de garantizar la estabilidad cambiaria, factores clave para impulsar el sector. Otra medida urgente es agilizar la aprobación de proyectos, reduciendo la burocracia en los trámites. Los largos tiempos de aprobación generan un alto costo financiero, que inevitablemente se traslada al comprador final, encareciendo la vivienda. Simplificar y acelerar estos procesos no solo beneficiará a los desarrolladores, sino que hará que la vivienda sea más accesible para más familias”, sostuvo Saavedra
El gerente general de Cadecocruz coincide con el presidente de la CBDI que la fluctuación del dólar ha impactado significativamente en la rentabilidad debido a que no todo el efecto se puede pasar a precios, por la elasticidad de precios que establece la demanda. Si se realiza el análisis financiero de una empresa que tenía una rentabilidad del 20% a finales del 2023, si no incrementó los precios, al cierre de la gestión 2024 ya estaría generando pérdidas, es decir, que el efecto es tan grande que en cuestión de un año ya no se generan utilidades.
Normalmente no se llega a este extremo porque se toman medidas de ajuste como las mencionadas, sin embargo, la rentabilidad en la industria de la construcción en general y de las empresas constructoras, definitivamente han bajado considerablemente.
El aumento en los costos de fondeo y el mayor riesgo en el entorno financiero han llevado a los bancos a reducir la colocación de créditos de vivienda social, provocando una caída de Bs. 400 millones en 2024.
Dado que el financiamiento es clave para que las familias puedan acceder a una vivienda, es urgente que el sector público y privado trabajen juntos para ampliar las oportunidades de crédito y evitar que el déficit habitacional siga creciendo. Actualmente, más de 1.5 millones de familias bolivianas enfrentan dificultades para acceder a una vivienda digna, y sin soluciones efectivas, esta crisis solo se agravará.
Juan Pablo Saavedra, presidente de la Cámara Boliviana de Desarrolladores Inmobiliarios (CBDI).
Efectivamente, la pérdida de valor de la moneda boliviana, ha provocado una disminución de la oferta crediticia en el sistema financiero, así como también la capacidad de compra de materiales. El sector constructor en general está virtualmente estancado, con índices de crecimiento que no superan el 2%, es decir, inferiores en relación a otros años. Estos indicadores se reflejan en los niveles de empleo. Muchas empresas han reducido personal y optado por subcontratar y en otras está en riesgo la estabilidad de los trabajadores.
Javier Arze Justiniano, Gerente General Cámara de la Construcción de Santa Cruz (Cadecocruz)